Sobre mi
Comencé con 13 años a hacer graffiti, hasta que mi padre descubrió mi firma en una furgoneta
Desde antes de empezar mi aventura en el graffiti, ya entrenaba mi firma en los apuntes de clase, realizando tags con bolígrafo en los rincones de mis libros de texto. Ansiaba el momento de tener un spray en mis manos. La primera vez que lo hice fue lo típico: con un amigo de clase, utilizando sprays comprados en una tienda local, en un parque de skate. Así comenzó mi historia como grafitero, que evolucionó hacia un enfoque más artístico con el tiempo.

Un giro inesperado cambió mi vida: mi padre identificó mi firma «NEX» en una furgoneta. Siempre menciona que gracias a que me llaman Nextor con «x», pudo reconocer mi firma entre tantas otras. Ese día, una furgoneta cubierta de firmas cruzó su camino y, entre todas ellas, un «NEX» captó su atención. Tomó una foto y volvió a casa con la intención de regañarme severamente. Sin embargo, terminamos inscribiéndonos en un taller de graffiti junto con dos amigos más. Al final, solo mi padre y yo completamos el taller, lo que nos llevó a comenzar a pintar murales juntos.
Enfrentamos desafíos al principio, ya que las ciudades y pueblos no ofrecen espacios adecuados para los artistas urbanos. Así que empezamos a frecuentar «Proisa», una plaza situada detrás del frontón de Pasaia San Pedro, donde experimentamos con la pintura de retratos. Recuerdo que, en aquel entonces, me apasionaba pintar rostros relacionados con la cultura del rap, como Tupac Shakur, Eminem, Hard GZ, Wiz Khalifa, entre otros.
Esta experiencia casual ha permitido desarrollarme como artista y explorar nuevos horizontes en el mundo del arte.

Nextor Otaño